ÁNGELES LÓPEZ
El pasado mes de julio la Consejería de Salud de la Generalitat en Cataluña anunciaba un acuerdo con el Ministerio de Sanidad para desarrollar un programa piloto sobre el uso terapéutico de un derivado del cannabis en seis hospitales de la comunidad. Se trataba de evaluar el efecto de esta sustancia en varios tipos de trastornos como la anorexia y caquexia a consecuencia del sida, el dolor crónico que no responde a fármacos y los problemas de espasticidad (rigidez muscular) de los enfermos de esclerosis múltiple o las náuseas y vómitos ocasionados por la quimioterapia en pacientes con cáncer que no responden a los medicamentos que evitan esos efectos secundarios.
El organismo humano tiene receptores cannabinoides. Por eso se están buscando sustancias derivadas del cannabis que actúen sobre ellos para poner en marcha algunas de sus funciones, como la de evitar los vómitos o la relajación muscular, pero sin algunos de los efectos de la molécula original, como las alteraciones psicoactivas. "Lo que vamos a hacer aquí es muy consecuente", afirma Pere Gascón, jefe de servicio de oncología médica del Hospital Clínic de Barcelona y uno de los centros en los que se está realizando el estudio.
"Lo que estamos haciendo es investigar en las sustancias activas del cannabis a través de estudios pilotos. Ahora ya podemos hablar de fármacos y no de sustancias", aclara Joan Albanell, cuyo servicio también participa en el programa catalán.
Rafael Manzanera, director general de Recursos Sanitarios de la Generalitat, explica que ya se ha iniciado la incorporación de participantes al programa piloto en el que se probará Sativex (concentrado del extracto natural del cannabis) en los anteriores grupos de pacientes. Al mismo tiempo, se está realizando un ensayo clínico en el que participarán personas con cáncer que están para evaluar qué dosis de Sativex es la adecuada para ellos, una vez se conozca, se irán incorporando al programa piloto.
"La ventaja de utilizar Sativex es que se administra en forma de 'spray' y se absorbe por vía sublingual. La vía fumada la descartamos porque es peligrosa y se controla mal. La vía digestiva [la adminitración de la sustancia a través de un comprimido] tiene una absorción muy baja y en cambio la sublingual ofrece un paso constante a la sangre y es rápida", aclara Manzanera.
Otra peculiaridad de este producto es que es un extracto del cannabis compuesto por dos principios activos a partes iguales, el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD). "Al contener estos compuestos a proporciones iguales, hay menos efectos psicoactivos como el que se produce al fumar la marihuana", explica Rafael Borrás, responsable del grupo de trabajo de drogodependencias del Colegio Farmacéutico de Barcelona y uno de los impulsores el empleo del cannabis con fines terapéuticos en España.
Con este proyecto piloto también se conocerán los efectos secundarios, las dosis óptimas en los distintos grupos de pacientes y los beneficios de este cannabinoide. "Es un estudio que se está siguiendo de cerca desde muchos países de todo el mundo", afirma Borrás.
Marta Durán, especialista de la Fundación del Instituto Catalán de Farmacología, coordina el programa piloto y al mismo tiempo es la principal investigadora del ensayo clínico con pacientes oncológicos. Esta experta subraya que el programa "nos dirá el tipo de pacientes que se pueden beneficiar y esto nos situará para ver si hay que seguir investigando en más centros. Será una especie de fotografía del paciente que obtiene efectos positivos".
Los primeros resultados sobre el efecto de este cannabinoide se esperan para finales de año. "Si hay indicios de beneficios, se discutirá con todas las Comunidades Autónomas y con el Ministerio de Sanidad para ver si se amplía las coberturas", concluye Rafael Manzanera.
El pasado mes de julio la Consejería de Salud de la Generalitat en Cataluña anunciaba un acuerdo con el Ministerio de Sanidad para desarrollar un programa piloto sobre el uso terapéutico de un derivado del cannabis en seis hospitales de la comunidad. Se trataba de evaluar el efecto de esta sustancia en varios tipos de trastornos como la anorexia y caquexia a consecuencia del sida, el dolor crónico que no responde a fármacos y los problemas de espasticidad (rigidez muscular) de los enfermos de esclerosis múltiple o las náuseas y vómitos ocasionados por la quimioterapia en pacientes con cáncer que no responden a los medicamentos que evitan esos efectos secundarios.
El organismo humano tiene receptores cannabinoides. Por eso se están buscando sustancias derivadas del cannabis que actúen sobre ellos para poner en marcha algunas de sus funciones, como la de evitar los vómitos o la relajación muscular, pero sin algunos de los efectos de la molécula original, como las alteraciones psicoactivas. "Lo que vamos a hacer aquí es muy consecuente", afirma Pere Gascón, jefe de servicio de oncología médica del Hospital Clínic de Barcelona y uno de los centros en los que se está realizando el estudio.
"Lo que estamos haciendo es investigar en las sustancias activas del cannabis a través de estudios pilotos. Ahora ya podemos hablar de fármacos y no de sustancias", aclara Joan Albanell, cuyo servicio también participa en el programa catalán.
Rafael Manzanera, director general de Recursos Sanitarios de la Generalitat, explica que ya se ha iniciado la incorporación de participantes al programa piloto en el que se probará Sativex (concentrado del extracto natural del cannabis) en los anteriores grupos de pacientes. Al mismo tiempo, se está realizando un ensayo clínico en el que participarán personas con cáncer que están para evaluar qué dosis de Sativex es la adecuada para ellos, una vez se conozca, se irán incorporando al programa piloto.
"La ventaja de utilizar Sativex es que se administra en forma de 'spray' y se absorbe por vía sublingual. La vía fumada la descartamos porque es peligrosa y se controla mal. La vía digestiva [la adminitración de la sustancia a través de un comprimido] tiene una absorción muy baja y en cambio la sublingual ofrece un paso constante a la sangre y es rápida", aclara Manzanera.
Otra peculiaridad de este producto es que es un extracto del cannabis compuesto por dos principios activos a partes iguales, el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD). "Al contener estos compuestos a proporciones iguales, hay menos efectos psicoactivos como el que se produce al fumar la marihuana", explica Rafael Borrás, responsable del grupo de trabajo de drogodependencias del Colegio Farmacéutico de Barcelona y uno de los impulsores el empleo del cannabis con fines terapéuticos en España.
Con este proyecto piloto también se conocerán los efectos secundarios, las dosis óptimas en los distintos grupos de pacientes y los beneficios de este cannabinoide. "Es un estudio que se está siguiendo de cerca desde muchos países de todo el mundo", afirma Borrás.
Marta Durán, especialista de la Fundación del Instituto Catalán de Farmacología, coordina el programa piloto y al mismo tiempo es la principal investigadora del ensayo clínico con pacientes oncológicos. Esta experta subraya que el programa "nos dirá el tipo de pacientes que se pueden beneficiar y esto nos situará para ver si hay que seguir investigando en más centros. Será una especie de fotografía del paciente que obtiene efectos positivos".
Los primeros resultados sobre el efecto de este cannabinoide se esperan para finales de año. "Si hay indicios de beneficios, se discutirá con todas las Comunidades Autónomas y con el Ministerio de Sanidad para ver si se amplía las coberturas", concluye Rafael Manzanera.
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