Aunque las personas con mayor educación y títulos académicos tienen menos incidencia de padecer trastornos físicos y mentales, porque sus prácticas nutricionales son más sanas, fuman y consumen alcohol en menores cantidades y realizan actividades físicas regularmente, lo cierto es que en las grandes urbes sufren de afecciones tales como alergias y síndrome de fatiga crónica por las altas cargas de trabajo, revela un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

En el estudio "Los rendimientos de la educación: relación entre la educación, el crecimiento económico y los resultados sociales", ese organismo advierte que la salud mental de los adolescentes y adultos jóvenes de los países afiliados a la organización, entre ellos México, ha "empeorado" y ha suscitado "preocupación" debido al incremento del "estrés académico" que presentan y la falta de apoyo en los sistemas escolares.

La investigación realizada por la OCDE aborda el impacto que tiene en la población obtener mayores niveles de educación en tres aspectos: el de los ingresos y el empleo; los comportamientos relacionados con la salud y los efectos sicosociales.
el reporte de la OCDE también advierte sobre el incremento de "trastornos de ansiedad" entre la población de mayor nivel eductivo y los jóvenes que son sometidos a evaluaciones de concurso internacional como las que aplica a través de PISA, para medir la calidad de la educación en las áreas de lectura, matemáticas y ciencias.

Además, en las ciudades es creciente el número de personas que con altos grados de educación padece transtornos alimenticios y el llamado síndrome de fatiga crónica debido a las altas cargas de trabajo.