Edición | fibromialgia.nom.es
Fuente | Tribuna de Salamanca
El estudio genético mejora el tratamiento del dolor
El 12 por ciento de los pacientes que acuden a la unidad del dolor no encuentran una solución definitiva de su dolencia. Sin duda, esta cifra preocupa a los responsables de este servicio hospitalario pero también son conscientes que durante los últimos años esa cifra se ha ido disminuyendo. “Con el uso del nuevo fármaco, los estimuladores en dos años hemos bajado del 18 por ciento al 12”, describe el jefe de la unidad de dolor, Clemente Muriel.
E. C. Este es uno de los motivos por los que hace seis años se creó la Cátedra Extraordinaria del Dolor, en colaboración con la Universidad de Salamanca y la Fundación Grünenthal, que aporta cada año 120.00 euros.
Dentro de esta Cátedra del Dolor se lleva a cabo una serie de actividades, por un lado de docencia y por otro, de investigación. Ésta última está centrada en un estudio sobre la relación de la genética y el dolor: “Es un intento de buscar un tratamiento farmacológico a la carta”, precisa Muriel. Cuando se producen casos de pacientes que con los tratamientos habituales no se resuelve el problema, “los estudios genéticos ayudarían a darles un fármaco adecuado”. Pero de momento, los resultados de esta investigación tienen que esperar algunos años para salir a la luz. Según precisa el jefe de la unidad de dolor, “cada persona tiene un metabolismo diferente, lento o rápido, que influye a la hora de que un tratamiento te haga el efecto deseado”. Por ese motivo, es necesario ajustar las dosis en función del parámetro genético de cada persona, de manera individual. Otra de las investigaciones que se han llevado a cabo a través de la Cátedra de Dolor de la Universidad de Salamanca está relacionado con la relación entre el óxido nítrico y el dolor crónico en pacientes de dolor tipo neuropático, “con excelentes resultados ya publicados”.
En el departamento de investigación trabajan en este momento tres personas: dos profesores asociados y un becario, gracias a la aportación anual de la Fundación Grünenthal, que ha invertido hasta el momento más de 720.000 euros. Cada año, el equipo de investigación de la Cátedra de Dolor presenta a esta fundación un informe detallado con todos los trabajos realizados a lo largo de esos doce meses, donde queda reflejada la actividad desarrollada.
Fuente | Tribuna de Salamanca
El estudio genético mejora el tratamiento del dolor
El 12 por ciento de los pacientes que acuden a la unidad del dolor no encuentran una solución definitiva de su dolencia. Sin duda, esta cifra preocupa a los responsables de este servicio hospitalario pero también son conscientes que durante los últimos años esa cifra se ha ido disminuyendo. “Con el uso del nuevo fármaco, los estimuladores en dos años hemos bajado del 18 por ciento al 12”, describe el jefe de la unidad de dolor, Clemente Muriel.
E. C. Este es uno de los motivos por los que hace seis años se creó la Cátedra Extraordinaria del Dolor, en colaboración con la Universidad de Salamanca y la Fundación Grünenthal, que aporta cada año 120.00 euros.
Dentro de esta Cátedra del Dolor se lleva a cabo una serie de actividades, por un lado de docencia y por otro, de investigación. Ésta última está centrada en un estudio sobre la relación de la genética y el dolor: “Es un intento de buscar un tratamiento farmacológico a la carta”, precisa Muriel. Cuando se producen casos de pacientes que con los tratamientos habituales no se resuelve el problema, “los estudios genéticos ayudarían a darles un fármaco adecuado”. Pero de momento, los resultados de esta investigación tienen que esperar algunos años para salir a la luz. Según precisa el jefe de la unidad de dolor, “cada persona tiene un metabolismo diferente, lento o rápido, que influye a la hora de que un tratamiento te haga el efecto deseado”. Por ese motivo, es necesario ajustar las dosis en función del parámetro genético de cada persona, de manera individual. Otra de las investigaciones que se han llevado a cabo a través de la Cátedra de Dolor de la Universidad de Salamanca está relacionado con la relación entre el óxido nítrico y el dolor crónico en pacientes de dolor tipo neuropático, “con excelentes resultados ya publicados”.
En el departamento de investigación trabajan en este momento tres personas: dos profesores asociados y un becario, gracias a la aportación anual de la Fundación Grünenthal, que ha invertido hasta el momento más de 720.000 euros. Cada año, el equipo de investigación de la Cátedra de Dolor presenta a esta fundación un informe detallado con todos los trabajos realizados a lo largo de esos doce meses, donde queda reflejada la actividad desarrollada.
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