Escrito por Carmen Luz Rivera.
“Despertaba con fuertes dolores en los codos y rodillas. Al principio, pensé que se trataba de algún golpe o de la poca costumbre de hacer ejercicios, ya que estaba hacía unos meses en el gimnasio. Pero pasaban los días, y el dolor, en vez de desaparecer iba en aumento. Además, no sólo me dolían estas articulaciones, luego vinieron fuertes dolores de espalda, cansancio, ansiedad, agotamiento y mucho decaimiento”.
“Estuve un par de meses con estos dolores antes de decidir ir al reumatólogo. Cuando fui me diagnosticó fibromialgia. (...) Lo complicado de padecer este mal es contarlo, porque muchas veces las personas no entienden bien de qué se trata y creen que uno sólo se queja incluso que es hipocondríaca. Pero, el dolor es físico y muy fuerte. No es fácil hacer como si no existiera”.
Así relata la periodista Verónica Contreras (29) los síntomas que padeció antes de que se le diagnosticara fibromialgia, en diciembre pasado. Una enfermedad crónica e incurable que provoca un gran menoscabo en la cotidianeidad de quienes la sufren y que presenta evidentes síntomas físicos, pero cuyo origen se encuentra, en la mayoría de los casos, en factores emocionales y psicológicos.
El Dolor en Cifras
Si bien en Chile no existen estadísticas formales, se calcula que entre el 1% y el 2% de la población sufre fibromialgia o el mal de dolor crónico. Asimismo, se estima que esta enfermedad conforma entre el 10 y el 20% de las consultas reumatológicas y entre el 5 y 7% de las consultas por atención primaria. Sólo en Estados Unidos, las cifras de afectados que se manejan oscilan entre los 4 y 10 millones de personas.
Y aunque tampoco es posible definir sólo una causa, en la actualidad se sabe que el origen de la fibromialgia está fuertemente unida a factores psicológicos y enfermedades como la depresión. De hecho, en su tratamiento es cada vez más frecuente y aceptada la terapia psicológica. Opinión que incluso es refrendada por un estudio, realizado en el 2006 por la Revista Lationoamericana de Psicología, donde no sólo se comprueba la relación emocional con el padecimiento sino que además se recomienda la terapia psicológica como primordial para su recuperación.
Un diagnostico bastante parecido fue el que le dieron a Verónica. “El médico me advirtió que el origen de la enfermedad puede estar en alguna pena o un problema fuerte que haya sucedido incluso mucho tiempo atrás. O que la enfermedad se desemboque también por episodios fuertes como alguna muerte”.
Todas situaciones a las que había estado sometida la profesional pero hace alrededor de dos años. “Después que me lo dijo uno va haciendo enlaces y conecta unas y otras cosas, pero antes no, porque incluso en el momento mismo, estaba fuerte, incluso me sorprendí a mi misma. Y después de tanto tiempo uno cree que esos dolores ya están superados o al menos que hacen menos daño”, sentencia.
Según Viviana Maluje, reumatóloga de Clínica Santa María, pese a que la causa del dolor crónico es desconocida se asocia a cuadros depresivos que pueden ser subclínicos en el 40% de los pacientes. “Con estos pacientes se recomienda un tratamiento psiquiátrico. En esos casos, en particular, pese a que desde el punto de vista médico el tratamiento para la enfermedad debe ser multidisciplinario, es decir, se recomienda ejercicios, medicamentos y apoyo psicológico”.
Vivir con Dolor
Debido a las características de la fibromialgia: fatiga, rigidez y agotamiento profundo, además de síntomas de intestino irritable, tales como estreñimiento alternado con diarrea, dolor abdominal, gases y náuseas, entre 40 y 70% de los pacientes, el diagnóstico de este mal no se hace con facilidad. Esto, porque muchos de quienes sienten estos síntomas los asocian a extensas jornadas de trabajo y estrés laboral. No obstante, en Chile los casos por este mal han aumentado en consultas gracias a la información con que hoy día se cuenta. Pero a juicio de los especialistas éstas se hacen, en la mayoría de los casos, cuando el dolor se hace insufrible y afecta fuertemente la calidad de vida de la persona.
Aunque no se cuentan con datos comprobables, desde el punto de vista epidemiológico se reconoce que la fibromialgia es más frecuente en las mujeres, pese a que puede afectar a niños, hombres y niños, pero el grupo más vulnerable es el de las trabajadoras, cuyas edades se encuentran entre los 30 y 60 años. Todas mujeres con características muy reconocibles, como señala Maluje “son mujeres trabajólicas, obsesivas y con baja tolerancia a la frustración. Muy perfeccionistas y con una alta tendencia a complacer a los demás”.
Si bien el mal de dolor crónico no tiene cura, una vez hecho el diagnóstico, los especialistas señalan que el equipo multidisciplinario se encaraga de atenuar los dolores y malestares y reeducar a los pacientes para que aprendan a convivir con su enfermedad, de modo que ésta no afecte de manera importante el desarrollo de sus actvidades cotidianas.
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