UNA DOLENCIA EN BUSCA DE SOLUCIÓN
Más de 350 pontevedreses que sufren esta enfermedad piden que se cree un centro multidisciplinar en Galicia para atenderles.
Amaia Mauleón / Vigo
Hacer la cama, asearse, ir a la compra o realizar un pequeño paseo se convierte en toda una hazaña para las personas que sufren fibromialgia, una forma de fatiga y dolor muscular generalizado que afecta aproximadamente a un 3 por ciento de la población y para el que, por el momento, no existe un tratamiento definido.
Pero el dolor físico continuo, del que se desconoce su causa, no es el peor de los males de los afectados por esta dolencia. La incomprensión les duele mucho más. "El problema de esta enfermedad es que no puede diagnosticarse a través de pruebas de laboratorio. Los resultados de radiografías, análisis de sangre y otras pruebas son normales, por lo que muchas veces tanto los médicos como los propios familiares dan la espalda a los enfermos al pensar que en realidad no tienen más que cansancio o depresión", relata Clara Domínguez, presidenta de la Asociación de Fibromialgia y Fatiga Crónica de la Provincia de Pontevedra (AFIBROPO), y que padece esta dolencia desde los 35 años.
"En el momento en que yo comencé con los síntomas, era una enfermedad muy desconocida, ni siquiera reconocida, y los médicos achacaban todas tus dolencias a la depresión, por lo que te mandaban al psiquiatra que, por supuesto, no acababa con tus dolores. Ahora, las cosas han cambiado, pero aún nos queda mucho por andar", describe Domínguez.
Reconocimiento
En 1992 la Organización Mundial de la Salud reconoció la fibromialgia como enfermedad reumatológica. "Sin embargo, sigue siendo bastante desconocida y permanecen muchos de los prejuicios del principio que la plantean como un simple síntoma de la menopausia", lamenta la presidenta.
Para hacer fuerza común a su causa, en 1998 los enfermos de Vigo y su provincia crearon AFIBROPO, que hoy está integrada por 355 socios de toda la provincia, la mayor parte mujeres, ya que la enfermedad afecta en un porcentaje mucho más alto a este sexo. Entre los afectados hay desde adolescentes a personas mayores, aunque especialmente domina el grupo entre los 35 y los 50 años. "Para los jóvenes es aún más traumático, porque se frustan más al no poder realizar las cosas que los otros chicos de su edad", apunta la presidenta.
El principal objetivo de la asociación es luchar por conseguir una atención médica adecuada. "Precisamos un lugar de referencia con un equipo multidisciplinar, como ya existe en Barcelona, el País Vasco o Alicante", reclaman desde la asociación. De hecho, están pendientes de que les reciba la Consellería de Sanidade para proponerles la creación de este centro en el nuevo hospital.
También desde la asociación ofrecen a los enfermos actividades que buscan mejorar su situación, como clases de yoga, taller de memoria, ayuda psicológica para aprender a convivir con la enfermedad y terapias de grupo e individuales.
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