los internistas ya consideran que la diabetes y la obesidad son epidemias mundiales que no respetan edad.
En el marco del XXVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y el XX Congreso de la Sociedad Castellano-Leonesa Cántabra de Medicina Interna (SOCALMI)
27-10-06
- El 40% de los pacientes atendidos en las consultas de Medicina Interna presentan patología cardiovascular, mientras que los internistas ya consideran que la diabetes y la obesidad son epidemias mundiales que no respetan edad.
- La asociación de obesidad, diabetes y síndrome metabólico es habitual en la práctica clínica. Los especialistas en Medicina Interna insisten en la prevención y, en términos de tratamiento, apuestan por el abordaje global de todos los factores de riesgo.
- Entre las novedades terapéuticas que se destacarán en el marco del XXVII Congreso Nacional de la Sociedad de Medicina Interna (SEMI) destacan la insulina inhalada para diabéticos y los corticoides inhalados para pacientes con EPOC.
Salamanca, 27 de octubre de 2006.- En España uno de cada cinco individuos padece síndrome metabólico, uno de cada cinco sufre obesidad, la diabetes tiene una prevalencia del 8% entre la población adulta, la hipertensión afecta al 20-25% de la población general y en mayores de 50 años ese porcentaje asciende prácticamente al 50%. Por otra parte, la mortalidad cardiovascular-coronaria es próxima al 50%, si bien concretamente en Castilla y León las tasas de enfermedad coronaria son menores que en otras comunidades, como Canarias, Murcia o la Comunidad Valenciana, afirman estudios recientes a los que se ha aludido en el marco del congreso anual que celebra la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) esta semana en Salamanca. La Comunidad de Madrid, sorprendentemente, presenta las mejores cifras de enfermedad coronaria de España, a pesar de ser un entorno urbano.
Los internistas congregados en Salamanca coinciden en afirmar que aproximadamente el 40% de los pacientes que atienden en sus consultas presenta una patología cardiovascular. Por ello, estos especialistas tratan de fomentar su papel integrador en la atención de los pacientes con riesgo cardiovascular en la práctica clínica diaria.
También reconocen que existe una relación muy intensa entre obesidad, diabetes y síndrome metabólico y consideran que la obesidad es la patología matriz sobre la que pivotan todas las alteraciones englobadas en el síndrome metabólico.
Estos especialistas aseguran que han aprendido a contemplar y tratar unificadamente la suma de factores de riesgo del síndrome metabólico, tales como la obesidad, o la hipertensión arterial y la dislipemia, que también son factores de riesgo cardiovascular. Aunque coinciden en que es preferible la prevención mediante un estilo de vida saludable, respecto al tratamiento afirman que aparecerán pronto fármacos de acción global frente a los que controlan exclusivamente factores individuales.
Diabetes y obesidad, dos epidemias mundiales
La asociación en la práctica clínica de la obesidad, la diabetes y el síndrome metabólico es habitual. Diabetes y obesidad están consideradas por los internistas dos epidemias mundiales que no respetan edad pues, aunque son más frecuentes en la etapa adulta, también se dan en adolescentes y niños. Frente a estas dos amenazas, para el experto no hay duda de que siempre es mejor prevenir que curar, combatir el sedentarismo, y adecuar en cantidad y calidad la dieta, bajando las calorías y el contenido graso, y abundando en verduras, hortalizas, frutas e incluso lácteos. Otro consejo de sobra conocido es no fumar, si es posible, y disminuir la ingesta de alcohol al máximo.
Se consideran indicativos de la presencia de obesidad porcentajes de grasa corporal por encima del 33% en las mujeres y del 25% en los hombres en el análisis de la composición corporal, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Diversos estudios han demostrado que el aumento del índice de masa corporal (IMC) se asocia, además de a hacer lo contrario de lo ya aconsejado, al abandono del hábito de fumar y, en el caso de las mujeres, las que tienen mayor número de hijos tienden con mayor frecuencia a la obesidad. Se ha observado también que el aumento de la prevalencia de la obesidad es más acusado en las personas con menor nivel educativo.
Acerca del síndrome metabólico, los internistas explican que tiene dos componentes esenciales, que son la obesidad y la diabetes tipo 2, pero además acumula otros componentes como la hipertensión arterial, el aumento de los triglicéridos, aumento del colesterol calificado malo y disminución del bueno, marcadores de inflamación, etc., que confieren un gran riesgo de enfermedad arterioesclerótica vascular.
Novedades terapéuticas destacadas en el congreso
En el marco de la reunión convocada por la SEMI, se ha afirmado que hay fármacos que empiezan a ser eficaces en el tratamiento tanto de la obesidad como de la diabetes tipo 2. Un ejemplo citado en este foro son las incretinas, para la diabetes tipo 2. Se trata de sustancias que, según aseguran estos expertos, pueden ayudar mucho al control de la hiperglucemia en este tipo de diabéticos, que no requieren insulina.
El Dr. Demetrio Sánchez, presidente de la Sociedad Castellano-Leonesa Cántabra de Medicina Interna (SOCALMI) y vicepresidente del comité organizador del XXVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), será uno de los encargados de destacar en el marco de esta reunión algunas de las novedades terapéuticas más interesantes para el paciente diabético y el enfermo de EPOC. Este experto del Servicio de Medicina Interna del Complejo Asistencial de Ávila afirma que “hay evidencias crecientes de que los corticoides inhalados mejoran la supervivencia de pacientes con EPOC”. También comenta que, “después de 80 años, disponemos de insulina inhalada que no sustituirá a la administración subcutánea pero que ayudará a mejorar el control metabólico de los pacientes con insulina”. El Dr. Sánchez añade que “el antidiabético pioglitazona, junto con otras medidas habituales, ayuda a disminuir el riesgo vascular en pacientes con diabetes mellitus tipo 2”.
El Dr. Enzo Bonora, uno de los destacados especialistas extranjeros en Endocrinología y Síndrome Metabólico que participa en el presente congreso, asegura sobre este punto que “los fármacos antidiabéticos capaces de preservar la función y supervivencia de las células beta-pancreáticas –células que producen insulina- al cabo de los años resultan particularmente atractivos porque podrían cambiar la historia natural de la diabetes, que se caracteriza por la progresiva pérdida de control metabólico”.
“Las glitazonas, con sus diferentes mecanismos, tienen un efecto protector sobre las células beta y se cree que podrían contribuir además a reducir el riesgo cardiovascular”, comenta el Dr. Bonora, de la Universidad de Verona (Italia). Según afirma el experto italiano, “los resultados obtenidos en los últimos ensayos clínicos con glitazonas en pacientes diabéticos indican que éstas tienen un efecto más duradero sobre el control de la glucosa que otros agentes antidiabéticos”. También se ha demostrado que “estas sustancias pueden incluso prevenir la diabetes en sujetos de riesgo”, concluye el Dr. Bonora.
Para más información contactar con:
Berbés Asociados
Teléfono fijo: 91 563 23 00; Fax: 91 564 35 58
Móviles: 678 54 61 79 (María) y 661 67 82 83 (Elena)
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27-10-06
- El 40% de los pacientes atendidos en las consultas de Medicina Interna presentan patología cardiovascular, mientras que los internistas ya consideran que la diabetes y la obesidad son epidemias mundiales que no respetan edad.
- La asociación de obesidad, diabetes y síndrome metabólico es habitual en la práctica clínica. Los especialistas en Medicina Interna insisten en la prevención y, en términos de tratamiento, apuestan por el abordaje global de todos los factores de riesgo.
- Entre las novedades terapéuticas que se destacarán en el marco del XXVII Congreso Nacional de la Sociedad de Medicina Interna (SEMI) destacan la insulina inhalada para diabéticos y los corticoides inhalados para pacientes con EPOC.
Salamanca, 27 de octubre de 2006.- En España uno de cada cinco individuos padece síndrome metabólico, uno de cada cinco sufre obesidad, la diabetes tiene una prevalencia del 8% entre la población adulta, la hipertensión afecta al 20-25% de la población general y en mayores de 50 años ese porcentaje asciende prácticamente al 50%. Por otra parte, la mortalidad cardiovascular-coronaria es próxima al 50%, si bien concretamente en Castilla y León las tasas de enfermedad coronaria son menores que en otras comunidades, como Canarias, Murcia o la Comunidad Valenciana, afirman estudios recientes a los que se ha aludido en el marco del congreso anual que celebra la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) esta semana en Salamanca. La Comunidad de Madrid, sorprendentemente, presenta las mejores cifras de enfermedad coronaria de España, a pesar de ser un entorno urbano.
Los internistas congregados en Salamanca coinciden en afirmar que aproximadamente el 40% de los pacientes que atienden en sus consultas presenta una patología cardiovascular. Por ello, estos especialistas tratan de fomentar su papel integrador en la atención de los pacientes con riesgo cardiovascular en la práctica clínica diaria.
También reconocen que existe una relación muy intensa entre obesidad, diabetes y síndrome metabólico y consideran que la obesidad es la patología matriz sobre la que pivotan todas las alteraciones englobadas en el síndrome metabólico.
Estos especialistas aseguran que han aprendido a contemplar y tratar unificadamente la suma de factores de riesgo del síndrome metabólico, tales como la obesidad, o la hipertensión arterial y la dislipemia, que también son factores de riesgo cardiovascular. Aunque coinciden en que es preferible la prevención mediante un estilo de vida saludable, respecto al tratamiento afirman que aparecerán pronto fármacos de acción global frente a los que controlan exclusivamente factores individuales.
Diabetes y obesidad, dos epidemias mundiales
La asociación en la práctica clínica de la obesidad, la diabetes y el síndrome metabólico es habitual. Diabetes y obesidad están consideradas por los internistas dos epidemias mundiales que no respetan edad pues, aunque son más frecuentes en la etapa adulta, también se dan en adolescentes y niños. Frente a estas dos amenazas, para el experto no hay duda de que siempre es mejor prevenir que curar, combatir el sedentarismo, y adecuar en cantidad y calidad la dieta, bajando las calorías y el contenido graso, y abundando en verduras, hortalizas, frutas e incluso lácteos. Otro consejo de sobra conocido es no fumar, si es posible, y disminuir la ingesta de alcohol al máximo.
Se consideran indicativos de la presencia de obesidad porcentajes de grasa corporal por encima del 33% en las mujeres y del 25% en los hombres en el análisis de la composición corporal, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Diversos estudios han demostrado que el aumento del índice de masa corporal (IMC) se asocia, además de a hacer lo contrario de lo ya aconsejado, al abandono del hábito de fumar y, en el caso de las mujeres, las que tienen mayor número de hijos tienden con mayor frecuencia a la obesidad. Se ha observado también que el aumento de la prevalencia de la obesidad es más acusado en las personas con menor nivel educativo.
Acerca del síndrome metabólico, los internistas explican que tiene dos componentes esenciales, que son la obesidad y la diabetes tipo 2, pero además acumula otros componentes como la hipertensión arterial, el aumento de los triglicéridos, aumento del colesterol calificado malo y disminución del bueno, marcadores de inflamación, etc., que confieren un gran riesgo de enfermedad arterioesclerótica vascular.
Novedades terapéuticas destacadas en el congreso
En el marco de la reunión convocada por la SEMI, se ha afirmado que hay fármacos que empiezan a ser eficaces en el tratamiento tanto de la obesidad como de la diabetes tipo 2. Un ejemplo citado en este foro son las incretinas, para la diabetes tipo 2. Se trata de sustancias que, según aseguran estos expertos, pueden ayudar mucho al control de la hiperglucemia en este tipo de diabéticos, que no requieren insulina.
El Dr. Demetrio Sánchez, presidente de la Sociedad Castellano-Leonesa Cántabra de Medicina Interna (SOCALMI) y vicepresidente del comité organizador del XXVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), será uno de los encargados de destacar en el marco de esta reunión algunas de las novedades terapéuticas más interesantes para el paciente diabético y el enfermo de EPOC. Este experto del Servicio de Medicina Interna del Complejo Asistencial de Ávila afirma que “hay evidencias crecientes de que los corticoides inhalados mejoran la supervivencia de pacientes con EPOC”. También comenta que, “después de 80 años, disponemos de insulina inhalada que no sustituirá a la administración subcutánea pero que ayudará a mejorar el control metabólico de los pacientes con insulina”. El Dr. Sánchez añade que “el antidiabético pioglitazona, junto con otras medidas habituales, ayuda a disminuir el riesgo vascular en pacientes con diabetes mellitus tipo 2”.
El Dr. Enzo Bonora, uno de los destacados especialistas extranjeros en Endocrinología y Síndrome Metabólico que participa en el presente congreso, asegura sobre este punto que “los fármacos antidiabéticos capaces de preservar la función y supervivencia de las células beta-pancreáticas –células que producen insulina- al cabo de los años resultan particularmente atractivos porque podrían cambiar la historia natural de la diabetes, que se caracteriza por la progresiva pérdida de control metabólico”.
“Las glitazonas, con sus diferentes mecanismos, tienen un efecto protector sobre las células beta y se cree que podrían contribuir además a reducir el riesgo cardiovascular”, comenta el Dr. Bonora, de la Universidad de Verona (Italia). Según afirma el experto italiano, “los resultados obtenidos en los últimos ensayos clínicos con glitazonas en pacientes diabéticos indican que éstas tienen un efecto más duradero sobre el control de la glucosa que otros agentes antidiabéticos”. También se ha demostrado que “estas sustancias pueden incluso prevenir la diabetes en sujetos de riesgo”, concluye el Dr. Bonora.
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