El hombre con fibromialgia

Existe una pequeña parte en las estadísticas (dicen los entendidos que de cada 10 mujeres, 1 ó 2 la sufren) y esa pequeña parte está empezando a asomar, a luchar, a expresar sus sentimientos, quiere que se sepa que su sufrimiento está cargado de dignidad y de amor.

por ALfred E Cleusa

Cuando uno piensa en dolor físico, enseguida tenemos referencias o recordamos situaciones que nos ayudan a identificarlo, medirlo, expresarlo o simplemente a asustarnos con ese recuerdo, para los que sufrimos de fibromialgia, el dolor ya forma parte de nuestras vidas. De una forma u otra lidiamos con el cómo podemos e intentamos que no nos venza y hasta ponemos buena cara cuando en realidad lloraríamos, yo nunca creí que viviría una experiencia como la que he vivido, imagino que ayudado por una gripe y fiebre alta mi sensación fue de un dolor tan terrible que era incapaz de definirlo, no sabía que me hacía daño, me veía desde encima, como desde una toma cenital, sin rostro, sin nada solo una forma externa y de la parte trasera del cuerpo, con la parte delantera inexistente y proyectándose a varios metros de mi como partículas de dolor, un cuerpo sin rasgos, sin nada que identificar, solo regreso una mano cuando mi mujer me la tomo para acariciarla al ver que estaba sufriendo, al decirle “así, así”, ella entendió que debía acariciarme, frotarme, tocarme y así fui recuperando partes de mi cuerpo que habían desaparecido, recuperaba unas y perdía otras de nuevo, hasta que la intensidad del dolor bajo y pude recuperar todo mi cuerpo y sentir aquel dolor de alivio al que tanto me he acostumbrado.

Gracias Alfred por romper esa barrera y compartir con todos que el dolor no estan diferente entre hombre y mjueres.