Hoy el colectivo de afectados de fibromialgia más preocupado por la actualidad en la enfermedad se ha visto altamente sorprendido e injuriado por las declaraciones vertidas el psiquiatra Guillermo Rendueles para un articulo recogido por el diario laregion.es.
Dentro de un articulo en el que vierte su experiencia profesional con la realidad de hoy en día en la psicologia que se plantea en un centro de salud y dentro de una realidad que todos conocemos que es la medicalización de la tristeza y la resistencia a el sufrimiento o la simulación para la obtención de beneficios económicos, se le ha planteado la siguiente pregunta;
Sí lo leyera como espectadora que no tienen ningún interés ni conocimiento sobre la enfermedad lo primero que pensaría es que para ser una enfermedad simulada ha sido un gran éxito del colectivo femenino ( lease mayoritariamente femenina) ya que la implantación de cinco unidades especializadas en la simulación o mentira puede ser un gran logro; del tirón de Manuela de Madrid ( lease bien escrito; Manuela de Madre) que nos la muestra como una profeta que con un libro ha movido montañas y unido masas.
Dejo las ironias y desciendo a la realidad; la realidad como afectada, la realidad como paciente de una enfermedad que no tiene cura.
Como decía el colectivo de afectados ha visto en estas palabras una condena, condena al oscurantismo; este colectivo durante años ha estado condenado al ostracismo, a la oscuridad de verse etiquetado como enfermedad psiquiátrica (hablo de esa verguenza que aún hoy esta viva en la mente de todos, de esa misma que en el inconsciente llevamos arraigados como marginación) y está liberandose de esta promulgando que la enfermedad aparece en los mejores años de su vida, que corta sus carreras profesionales de éxito como Manuela de Madre, citada en el articulo tan desafortunadamente, viéndose abocadas a renunciar a sus posiciones de privilegio y bienestar por que los tratamientos no son efectivos en la mayoría de casos y la enfermedad avanza sin posibilidad de remisión haciendose incompatible el trabajo diario con el dolor crónico que se sufre. Que nada tienen que ver su realidad con la del sindrome del nido vacio u otros síndromes que más se asemejan a experiencias vitales que se viven con gran tristeza.
Palabras que condenan y relegan a el desconocimiento a todos sus colegas profesionales reumatologos que desde la Sociedad Española de Reumatología están luchando por la divulgación y normalización de esta enfermedad en pro de los afectados.
Palabras que condenan como si fueran charlatanes de feria a investigadores nacionales e internacionales de gran prestigio cada uno en sus especialidades y que están enzarzados en una lucha en contra del tiempo por esclarecer los orígenes de la enfermedad para el beneficio de los afectados y que están dando frutos.
Palabras que condenan a la propia Organización Mundial de la Salud como una aliada de los deufradadores ya que tiene contemplada la enfermedad de fibromialgia desde el año 1992.
Palabras que condenan como estafadoras a las farmacéuticas que llevan en sus prospectos fibromialgia como indicación de uso.
Palabras que condenan a cientos, a miles de personas a la hipocresia y la malversación de ayudas públicas que dedican su tiempo sin ningún interés en asociaciones o voluntariado a favor de los afectados.
Palabras que condenan a el propio Ministerio de Salud como coautor de una estafa de caudales públicos en favor de bajas e invalideces a personas que la sufren.
Palabras que condenan a el nivel de charlatanes a profesionales de la medicina que día a día hacen su trabajo tratando, reconfortando a sus pacientes cuando todas las medidas terapéuticas fallan y la enfermedad se convierte en una frustración tanto para el como para el paciente.
Y por último pero no menos importante, palabras que condenan a la incomprensión social aun enfermo que no sabe lo que le pasa, que se limita a buscar ayuda para poder proseguir con su vida diaria y que cuando consigue tratar, aceptar y convivir con una enfermedad crónica intenta proseguir con su existencia lo más dignamente posible intentando enfrentar los envites de la enfermedad y luchando por que no le despoje de todo lo conseguido antes de esta.
Enfermos que en muchos casos son ejemplos de heroicidad cotidiana que sacan unas fuerzas que no tienen y que son admirados, respetados en su entorno.
Palabras que condenan a el autor como insolidario afirmando que un colectivo de afectados que ronda al 4% de la población española es una simuladora, irresponsable, se autodiagnostica y automedica y que desde su posición de saber y de garante de la salud demuestra que la empatia no es una de sus habilidades y promover el bienestar de los enfermos es algo que no tiene muy en cuenta en el día a día.
Sólo tiene razón en una afirmación, es real somos un "lobby"(1) somos un colectivo de afectados que estamos cansados de que se nos menosprecie y que actuamos firmemente como cualquier ciudadano que ve pisoteados sus derechos o injuriados como en este caso.
Acceso a el titular original;
Guillermo Rendueles: ‘A la consulta llegan malvivires sin solución’
(1) Se denomina lobby (del inglés "entrada", "salón de espera") o sala de espera a todo aquel grupo de presión que, por medio de distintas estrategias, trata de influir en centros de poder ejecutivo o legislativo con el fin de favorecer sus propios intereses o los de aquellos a quienes representa
Dentro de un articulo en el que vierte su experiencia profesional con la realidad de hoy en día en la psicologia que se plantea en un centro de salud y dentro de una realidad que todos conocemos que es la medicalización de la tristeza y la resistencia a el sufrimiento o la simulación para la obtención de beneficios económicos, se le ha planteado la siguiente pregunta;
¿Ahora mismo hay alguna enfermedad especialmente mentirosa?
La histeria clásica ha sido sustituida por la fibromialgia, enfermedad mayori-tariamente femenina. Más que de mentirosa se trata de gente que se engaña a sí misma. Ellas mismas se diagnostican y aunque todos los análisis dan bien, ellas se declaran enfermas. Se han convertido en un ‘lobby’, sobre todo en Cataluña gracias a la política de Manuela de Madrid, autora de un libro de muchísimo éxito que además ha conseguido que la Generalitat monte cinco consultas dedicadas a la fibromialgia. La mayoría no sigue tratamiento psicológico y se agarra a la medicación.
Sí lo leyera como espectadora que no tienen ningún interés ni conocimiento sobre la enfermedad lo primero que pensaría es que para ser una enfermedad simulada ha sido un gran éxito del colectivo femenino ( lease mayoritariamente femenina) ya que la implantación de cinco unidades especializadas en la simulación o mentira puede ser un gran logro; del tirón de Manuela de Madrid ( lease bien escrito; Manuela de Madre) que nos la muestra como una profeta que con un libro ha movido montañas y unido masas.
Dejo las ironias y desciendo a la realidad; la realidad como afectada, la realidad como paciente de una enfermedad que no tiene cura.
Como decía el colectivo de afectados ha visto en estas palabras una condena, condena al oscurantismo; este colectivo durante años ha estado condenado al ostracismo, a la oscuridad de verse etiquetado como enfermedad psiquiátrica (hablo de esa verguenza que aún hoy esta viva en la mente de todos, de esa misma que en el inconsciente llevamos arraigados como marginación) y está liberandose de esta promulgando que la enfermedad aparece en los mejores años de su vida, que corta sus carreras profesionales de éxito como Manuela de Madre, citada en el articulo tan desafortunadamente, viéndose abocadas a renunciar a sus posiciones de privilegio y bienestar por que los tratamientos no son efectivos en la mayoría de casos y la enfermedad avanza sin posibilidad de remisión haciendose incompatible el trabajo diario con el dolor crónico que se sufre. Que nada tienen que ver su realidad con la del sindrome del nido vacio u otros síndromes que más se asemejan a experiencias vitales que se viven con gran tristeza.
Palabras que condenan y relegan a el desconocimiento a todos sus colegas profesionales reumatologos que desde la Sociedad Española de Reumatología están luchando por la divulgación y normalización de esta enfermedad en pro de los afectados.
Palabras que condenan como si fueran charlatanes de feria a investigadores nacionales e internacionales de gran prestigio cada uno en sus especialidades y que están enzarzados en una lucha en contra del tiempo por esclarecer los orígenes de la enfermedad para el beneficio de los afectados y que están dando frutos.
Palabras que condenan a la propia Organización Mundial de la Salud como una aliada de los deufradadores ya que tiene contemplada la enfermedad de fibromialgia desde el año 1992.
Palabras que condenan como estafadoras a las farmacéuticas que llevan en sus prospectos fibromialgia como indicación de uso.
Palabras que condenan a cientos, a miles de personas a la hipocresia y la malversación de ayudas públicas que dedican su tiempo sin ningún interés en asociaciones o voluntariado a favor de los afectados.
Palabras que condenan a el propio Ministerio de Salud como coautor de una estafa de caudales públicos en favor de bajas e invalideces a personas que la sufren.
Palabras que condenan a el nivel de charlatanes a profesionales de la medicina que día a día hacen su trabajo tratando, reconfortando a sus pacientes cuando todas las medidas terapéuticas fallan y la enfermedad se convierte en una frustración tanto para el como para el paciente.
Y por último pero no menos importante, palabras que condenan a la incomprensión social aun enfermo que no sabe lo que le pasa, que se limita a buscar ayuda para poder proseguir con su vida diaria y que cuando consigue tratar, aceptar y convivir con una enfermedad crónica intenta proseguir con su existencia lo más dignamente posible intentando enfrentar los envites de la enfermedad y luchando por que no le despoje de todo lo conseguido antes de esta.
Enfermos que en muchos casos son ejemplos de heroicidad cotidiana que sacan unas fuerzas que no tienen y que son admirados, respetados en su entorno.
Palabras que condenan a el autor como insolidario afirmando que un colectivo de afectados que ronda al 4% de la población española es una simuladora, irresponsable, se autodiagnostica y automedica y que desde su posición de saber y de garante de la salud demuestra que la empatia no es una de sus habilidades y promover el bienestar de los enfermos es algo que no tiene muy en cuenta en el día a día.
Sólo tiene razón en una afirmación, es real somos un "lobby"(1) somos un colectivo de afectados que estamos cansados de que se nos menosprecie y que actuamos firmemente como cualquier ciudadano que ve pisoteados sus derechos o injuriados como en este caso.
Carmen Martín
8-01-2009
8-01-2009
Acceso a el titular original;
Guillermo Rendueles: ‘A la consulta llegan malvivires sin solución’
(1) Se denomina lobby (del inglés "entrada", "salón de espera") o sala de espera a todo aquel grupo de presión que, por medio de distintas estrategias, trata de influir en centros de poder ejecutivo o legislativo con el fin de favorecer sus propios intereses o los de aquellos a quienes representa
Gracias por dar una respuesta tan contundente, razonada y sin estridencias ni mala educación.
ResponderEliminarServiría para contestar a todos los médicos que, desgraciadamente, piensan igual aunque no lo digan. Solo añadir que conozco a personas jóvenes con FM cuya máxima ilusión es accedera al mundo laboral y a otras que han sacado unas oposiciones teniendo ya diagnosticada la FM.
Una enferma de FM
Un abrazo Gloria.
ResponderEliminarAsí es, ese es el gran drama de las afectadas más jovenes y en las que la enfermedad es especialmente incapacitante, la enfermedad junto con las barreras sociales les niega el acceso a el mercado laboral.
Buenos días.
ResponderEliminarEstoy afectada de F.M y hace apenas una semana he sido intervenida por el Dr. Bauer en Baar (Suiza). A pesar del poco tiempo transcurrido, puedo decir que algo ha cambiado en mi vida. Tanto es así, que los síntomas de cansancio y ansiedad han desaparecido y los dolores cada día son menos intensos.
Un saludo,
Armonía
Pero si no está negando en ningún momento que sea una enfermedad, lo que dice es que es una dolencia psíquica que se manifiesta en dolores inverosímiles desde el punto de vista neurológico y que ha de tratarse psicológicamente, más que farmacológicamente. En entrevistas posteriores ha ahondado más en el tema y dice cosas como que un "fibromiálgico" puede pasar 20 años en el sistema de salud refiriendo lso mismos síntomas que en la primera consulta, habiendo consumido por el camino toneladas de calmantes que en poco pueden ayudar a su salud. Denuncia esa falsa conciencia del que va buscando soluciones a su vida a una consulta de medicina general, y que esa falsa conciencia está alentada por la industria farmacológica
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